Habiendo transcurrido la mitad del año nos parece oportuno reflexionar sobre las turbulencias que hemos atravesando, así como también sobre las perspectivas para lo que queda del 2022. En el informe anterior nos preguntábamos si ya habíamos visto lo peor de los mercados financieros. El paso de los días nos reveló que no. El principal índice de acciones estadounidenses, el Standard & Poor´s 500, llegó a mediados de mes a lo que en la jerga se conoce como bear market, es decir, una de corrección de 20% desde su último pico, algo no muy común que tan solo ha sucedido 20 veces en los últimos 140 años. Por el lado de la renta fija la historia no ha sido muy distinta. Los precios de los bonos han corregido por el doble efecto de, primero, el importante aumento de la tasa libre de riesgo (Tesoro estadounidense) a niveles que no veíamos desde 2007; y segundo, el incremento de la recompensa por el riesgo crediticio (spread en inglés) que exigen inversores a los emisores, y que se ubica por encima del promedio de los últimos 15 años. Es decir, quien invirtió en cualquiera de las dos clases tradicionales, bonos y acciones, tuvo, por el momento en este 2022, un retorno negativo en su cartera.
Figura 1.Rendimiento de principales clases de activos en 2022 (%) Los commodities y el dólar son los únicos activos con ganancias en lo que va del año.
¿Qué nos trajo hasta este punto? La economía y los mercados financieros son estructuras complejas en su conformación y funcionamiento, pero en definitiva se trata de las expectativas de los agentes que participan en él. En el último año el humor de inversores cambió notablemente, desde el optimismo hasta un estado actual de pesimismo, que, según algunos indicadores, es similar a cuando el mundo se paralizó con la pandemia en marzo 2020. La inflación se ha vuelto un problema mundial a tal punto que se encuentra en niveles no vistos hace cuatro décadas en los países desarrollados. En gran parte esta fue provocada por las políticas fiscales y monetarias extremas que siguieron al surgimiento del Covid 19, y exacerbada por el shock de precios de la energía tras la guerra en Europa.
Figura 2. Después de muchos años la inflación es ahora un fenómeno global Datos de inflación en los últimos 12 meses para una selección de países. El desafío de bajarla a niveles más aceptables sin afectar gravemente el crecimiento económico no será sencillo para Bancos Centrales.
¿Qué nos depara del próximo semestre? Ningún desenlace se puede descartar. Para el mercado es peor lo incierto que lo malo. Por ello, y ante tanta falta de optimismo por parte de sus participantes, vemos probable que los precios continúen con presión vendedora. En nuestra opinión, lo único cierto para el segundo semestre es que continuaremos viendo elevada volatilidad (es decir, semanas muy buenas seguidas de otras malas) mientras no se despejen los muchos aspectos que hoy generan incertidumbre: inflación, crecimiento, recesión, Bancos Centrales, guerra, precios de la energía, etc. Pero las tendencias de corto plazo no deberían determinar nuestros planes y decisiones para el largo plazo. En ese sentido, pensamos que permanecer invertidos, y no intentar anticiparse a los movimientos de mercado, es la mejor estrategia. Prudencia, paciencia y perspectiva son claves ahora y siempre.
Ante cualquier consulta o comentario no deje de contactarse con nosotros. Atentos saludos, Martin Carrasco.
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