La Reserva Federal de Estados Unidos, el Banco Central más importante del mundo, aumentó ayer su tasa de referencia, tal como preveía la mayoría de los participantes del mercado, y a la vez anunció que planea hacer lo mismo el próximo mes. Esto se da en el contexto de combate férreo contra la inflación más elevada en cuatro décadas.
Este proceso de suba de tasa nos acompañará todo el año. Lo que los inversores están intentando descifrar es con qué velocidad se incrementarán, porque eso puede llegar a afectar el crecimiento económico al punto de provocar una caída del Producto Bruto Interno (PBI). El dato clave a monitorear es la dinámica del aumento de los precios, porque de ahí se determinará que sucede con las tasas. El foco de los inversores está en varios frentes. La trayectoria de la inflación se mantiene incierta (8,5% en los últimos 12 meses según último dato de marzo). El consenso es que debería ir disminuyendo, aunque hasta niveles más altos que últimos años. La expectativa para los próximos 5 años es 3,4%*, mayor al promedio histórico de 1,5% del índice de precios al consumidor (CPI index) de los 5 años pre pandemia. La cuestión de fondo es si el crecimiento económico podrá mantener el ritmo. Se ha incrementado la posibilidad de que EEUU entre en recesión este año, aunque no es el escenario más probable. La lectura preliminar publicada recientemente señala que la economía cayó 1,4% durante el primer trimestre. Los economistas esperaban un crecimiento de 1%. No obstante, para confirmar la recesión, es necesario dos trimestres consecutivos de caída. El mercado está ajustando a la baja sus expectativas, por ejemplo, el FMI recortó sus proyecciones de crecimiento de 2022 de EEUU de 4% a 3,7%. ¿Será demasiado agresiva la Reserva Federal con las subas de tasas al punto de provocar la recesión? El mercado debate entre soft versus hard landing. En su mensaje de ayer la Reserva Federal se mostró confiada en que el camino que llevan adelante para generar condiciones monetarias más restrictivas no va a provocar un freno brusco a nivel económico. Por otro lado, el mercado es la suma de las compañías individuales. La temporada de anuncios de resultados corporativos está corriendo y más de la mitad de las que integran el S&P500 ya han reportado. De momento 80% sorprendieron positivamente en ganancias y 70% en ventas, pero preocuparon algunas sorpresas negativas (y guidelines) de casos importantes como Amazon y Apple, quienes, entre otras cosas, manifestaron problemas en cadenas de suministro internacionales, que se agudizan con los confinamientos que impuso el gobierno de China para contener el COVID. Para culminar, la guerra en Ucrania solo está escalando y es más extensa de lo que se preveía. Aunque los inversores le están prestando cada vez menos atención, es un riesgo latente a considerar y sus consecuencias podrían durar mucho tiempo.
Nuestro posicionamiento:
En este contexto ¿Qué preferimos? Liquidez y bonos cortos de altísima calidad. Alternativos (Real Estate, Crédito directo a compañías privadas) como reemplazo de la renta fija. Las Opciones en momentos de volatilidad. Y en acciones nombres fuertes, capaces de mantener márgenes en contexto inflacionario. Somos optimistas con el mercado para adelante y entendemos que empiezan a surgir importantes oportunidades para inversores con una mirada de mediano y largo plazo.
Ante cualquier consulta o comentario no deje de contactarse con nosotros.
Atentos saludos, Martin Carrasco
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