En lo que va de 2022 hubo pocos lugares donde refugiar las carteras. Los commodities, las acciones de países emergentes, el cash y poca cosa más es lo que ha preservado su cotización.
El aumento de la incertidumbre es un lastre para los inversores, y, los últimos acontecimientos, entre los que se destacan lo de Ucrania, la inflación y ómicron, han provocado una mayor amplitud desenlaces posibles. La consecuencia de esto es un incremento de la volatilidad en las cotizaciones.
Los riesgos que percibe el mercado son que el posible estallido del conflicto armado en Ucrania genere otro importante aumento de los costos de la energía (subió 22% en lo que va del 2022) dado que por ese país pasa un importante gaseoducto que abastece a Europa. Otro temor de los inversores es que la política monetaria de la Reserva Federal de Estados Unidos para retirar la liquidez (tras el registro de mayor inflación en 40 años) sea muy agresiva y provoque una desaceleración económica. Es muy difícil anticiparse, u operar los portafolios en función de estos acontecimientos, aun para inversores profesionales. Los mercados bajistas, como el que se ha presentado en el arranque de este año, pueden resultar difíciles e incómodos, pero la historia muestra que estos no duran para siempre. Los inversores que mejor la transitan son los que evitan la excesiva atención en el corto plazo y los titulares, aquellos que se se enfocan en los fundamentos y los objetivos de su portafolio de inversión.
Ante cualquier consulta o comentario no deje de contactarse con nosotros. Atentos saludos, Martin Carrasco
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